en escena. Vienen desde las sombras, apenas vislumbrados en la penumbra. Son dos. Dos hombres, dos caballos, una imagen casi mítica que se pasea
frente al espectador.
mitad caballo, mitad hombre, donde la mitad inferior era la del animal, aquí
vemos un centauro invertido.
barbarie y la civilización ¿cómo podría pensarse en inversión? Si la mitad
animal es la cabeza y el cuerpo es el de un humano ¿es que la mente ha sido dominada
por los instintos y el cuerpo se ha domesticado?
propia carnadura. Los hombres jóvenes se trenzan en un combate que los une y
distancia. Se chocan, se golpean, se besan, se tocan. Las escenas, llenas de metáforas, muestran
altas dosis de erotismo.
que se reflejan. Narciso aparece transformado en un juego autoerótico con su espejo, donde se
regodea.
permitirse actuar de manera diferente. Es lo que borra las diferencias y abre
el juego desprejuiciado.
propio y que es intercambiable, que puede
mostrar un rol, una representación
momentánea.
lo animal que hay en ellos.
Son dos potros salvajes.
el otro que es su reflejo. Pero no observa solamente su rostro. Todo el cuerpo es
exaltado.
se agitan y calman, se perciben, se oyen. Todo con un poco de violencia
mezclada con ternura.
se cansan.
juego de amor y danza.
Fontán.- Músicos: Martin Minervini.- Vestuario: Alejandro Mateo.- Iluminación: Paula
Fraga.- Fotografía: Ignacio Cángelo.- Asistencia general: Virginia Pérez Leiva.-
Dirección: Ramiro Cortez, Federico Fontán.-
Bustamante 1034 Reservas: 4863-2848.- Web: http://www.elportondesanchez.com.ar/