en sus butacas observa un loop de
imágenes de Obama y Macri proyectadas contra la pared. Se repite hasta el
cansancio, hasta que algunas voces suspiran fuertes.
proyección muestra al bailarín danzando en distintos paisajes. Algunos
naturales, otros urbanos.
funde y confunde en las proyecciones que abarcan el fondo completo de la sala.
Interactúa con ellas, se deja impregnar, atravesar, aunque a veces se pierden sus
movimientos.
la lluvia, líneas en el espacio. El espectador queda realmente atrapado bajo el
influyo de las visuales que son muy atrayentes, construyen espacialidad,
envuelven al bailarín hasta casi hacerlo desaparecer.
el mundo del deshecho consumista? ¿Un planeta que juega al reciclaje como parte
de una campaña de marketing más? ¿Un espacio donde la tecnología difumina la
presencia humana?
cambios de escenas, de ambientes en la coreografía. Leemos: Pensamiento.
Creencia. Guerra. Vínculo. Consumo
resuenan, la interpretación del bailarín parodia a la moda, al rockstar, al consumo
frenético de la imagen. A aquellos símbolos estéticos del derroche capitalista.
Al poder político que bajo la tutela del poder económico, hace sus malabares y
negocios con el mundo.
estos elementos audiovisuales una dinámica planetaria que asfixia a sus
habitantes.
Quedará en el espectador qué hacer al respecto.
Quién: Dirección,
Coreografía e interpretación: Emiliano Larea.- Audiovisuales: Sebastián
Contreras, Frank Robles.- Fotografía: Gustavo Bezek.- Duración: 50 minutos.-