Este “ensayo escénico en
estado de emergencia expresivo entre la vida virtual y la vida real”, tal como
informa su gacetilla, es una propuesta para transitar ese límite que las nuevas
comunicaciones tecnológicas ponen en tensión. Límite entre ser o pertenecer,
entre la presencia y la ausencia física, entre la conexión y la desconexión.
Límite que se borronea hasta casi llegar al dilema entre el imaginario de la
añorada vida en el campo y la catastrófica supervivencia en la ciudad.
en una de las salas del Club Cultural Matienzo con luces de tubo en el suelo
que cambian de color generando ambientes distintos. Suena a frito, esa vibración
o interferencia que las tecnologías reproducen en el aire. Sonidos vinculados
al mundo de la informática, de las redes de comunicación por cable, por
ondas, virtual. Sonidos que se suman a la contaminación auditiva urbana y que ahora
forman parte de la música escénica, en el juego de tensiones que la joven directora
Jimena Pérez Salerno investiga en este ensayo.
computadoras y micrófonos dispuestos para la creación. Al igual que la pared
del fondo, que sirve tanto como soporte físico, de apoyo humano, como de pantalla
para proyectar. Allí podemos ver imágenes tan bucólicas como un paisaje en la
noche, o tan cibernéticas como un recorrido de algún juego virtual.
miran, se siguen, se ignoran. Se sumerge cada una en el universo de su celular.
También entran en contacto con una danza mínima e íntima de caras que se unen.
sale a la superficie como tema. La red de las relaciones humanas que se cruzan
en un mundo híper informado, híper informatizado, híper comunicado. Al mismo
tiempo, un mundo que naufraga en la desinformación y la incomunicación. Un
mundo aislante donde pareciera que el ser humano se conecta con la existencia a
través de la no existencia, de la ilusión de otro que siempre lo está viendo
desde la pantalla de toda la ciber galaxia. Donde cualquier cosa puede
ser posible o imposible.
las personas en constante apertura de ventanas y canales para expresarse.

sobre todo”, que se tensiona con la pregunta ¿si no posteo no existo? ¿Existe lo
no posteado? En este gran sistema de navegación parece que para existir hay que
comentar, emoticonarse, cliquear, consumir
desaforadamente. Hay que existir a través de.
postulado sobre lo nuevo como un centro de interés que se diluye inmediatamente,
que pasa, queda atrás.
la máquina. Hacer eclosionar un lugar que es no lugar. Un lugar que no está en
ninguna parte pero que es omnipresente al mismo tiempo.
arde, que prende fuego un debate que está en la cotidianidad de cada día, de
cada comunicación con los otros reales, virtuales, potenciales. Gran comunidad
de la nube que existe mientras haya un clic, un tipeo que asuma la existencia
del otro lado, que nos dé una respuesta.
sensiblemente sobre la alienación humana, en tiempos donde los medios de comunicación
son tan chatarras como la comida.
confirmar la potencia que tienen los cuerpos presentes en el convivio de una
sala, en vivo, aquí y ahora.
Pérez Salerno.- Texto: Javiera Pérez Salerno.- Performers: Roberta Blázquez
Calo, Laila Gelerstein, Gastón Lozano, Jimena Pérez Salerno, Luna Schapira.- Asesoramiento
técnico, realización de dispositivos lumínicos y programación de proyección
digital: Gastón Lozano.- Creadores: Javiera Pérez Salerno, Jimena Pérez Salerno.-
Audiovisuales, edición musical y colaboración artística: Sabrina Gazzaneo.- Asesoramiento
musical: Nacho Sánchez.- Asistencia de dirección: Roberta Blázquez Calo.-
https://www.facebook.com/events/257237744788329/?active_tab=about
MATIENZO Pringles 1249 Teléfonos:
15-6610-1520
Hasta el 14/09/2017 y 28/09/2017 – Martes – 20:30 hs – 26/09/2017